Cuando alguien habla de un Martín que haya jugado entre las filas del Real Madrid, todo el mundo piensa en el gran Fernando Martín. Aquél jugador que dejó una leyenda gigantesca detrás de él, tanto en el baloncesto europeo como español. Pero no creo que nadie que le haya visto jugar pueda decir que Antonio Martín no sea un pívot extraordinario, que lo único que sufrió fue la increíble carrera de su hermano que empequeñeció la leyenda de uno de los mejores interiores de la historia del baloncesto español. Siempre que se suelen hacer artículos sobre él se suele hablar de los dos hermanos en paralelo. En EternoCampeón no nos gustan las comparaciones, este árticulo estará consagrado en su totalidad al gran Antonio Martín.
Nadie dudaba de las capacidades de este jugador. Despuntó en el colegio San José del Parque y en el Estudiantes más tarde. Tanto que el conjunto blanco decidió ficharle en 1983. Aún así no debuta en el equipo de la capital hasta el año 1987, ya que completará su formación en la NCAA americana. Volverá al Real Madrid donde dejará marca por un juego interior sobradamente bueno. Jugaba al poste con una inteligencia extraordinaria, dando pases al otro interior o a los extreriores que les dejaba siempre en la mejor situación para anotar.También hay que enmarcar el gran tiro de media distancia que fue desarrollando que le hizo uno de los pívots más difíciles de defender de los 80 y 90 en Europa. Era impredecible y tenía un gen competidor en el campo y unas ganas de luchar por cada balón que hicieron de él una pieza clave en el Madrid de aquel momento.
En sus primeros años el entrenador le dejó en el banquillo, sin dejarle la posibilidad de demostrar lo que vale, pero cuando volvió de América, volvió un jugador totalmente distinto, que ya no iba a ser un jugador de banquillo, que ya no iba a volver a resignarse. Y este nuevo jugador lo ganó todo en el Real Madrid, desde Ligas y Copas, pasando por Copas de Europa y Recopas, hasta ganar la Copa Korac.
Con la selección absoluta disputó 62 encuentros y fue una pieza importante junto a su hermano debajo de los aros para llevarse la medalla de bronce en el Eurobasket de Roma del año 1991. Fue integrante del quinteto ideal de la competición, demostrando una vez más lo que valía como jugador.
Cuando su hermano Fernando murió en un accidente de tráfico, a Antonio, que decía que su hermano era más su amigo que su hermano, le dolió mucho y de forma muy brusca. Pero esa competitividad le hizo salir a la cancha al día siguiente, contra el PAOK en Copa de Europa, y anotar 18 puntos, y capturar 14 rebotes. Cuando se sentó en el banquillo, se puso a llorar desconsoladamente, después de realizar un partido extraordinariamente bueno, y digno de un gran jugador, de una leyenda.
Con 29 años, y 300 partidos jugados en la Liga Endesa, para la sorpresa general, colgó las botas, muy joven, promediando en su carrera más de 5 rebotes y cerca de 11 puntos. En su mejor temporada había acabado con 17 puntos y 7 rebotes de promedio, siendo de los mejores jugadores del equipo blanco. Cuando se le preguntó por las razones de esa retirada muy anticipada alegó que el Real Madrid era el equipo de su vida, y que no podía concebirse jugando con otra camiseta que no lleve ese escudo, y que por esa razón no podía hacer otra cosa que no sea dejar las canchas para seguir ayudando al club desde los despachos. Tubo mucho que ver con la llegada de Joan Plaza a los banquillos y la recuperación de una Liga que se nos resistía ya desde hace mucho tiempo.
No hay duda que su coraje en el campo, su lucha, su actitud y el amor que sentía hacía el club y la cantidad de veces que lo ha demostrado hacen de él un autentico madridista, una leyenda viva del club, y ante todo un jugador que estará para siempre en nuestros corazones.
PALMARES:
- 5 Ligas ACB
- 4 Copas
- 1 Copa de Europa (94-95)
- 3 Recopas
- 1 Copa Korac
- 1 Medalla de Plata en Eurobasket (Junior)
- 1 Medalla de Bronce en Eurobasket de Roma 1991
Aurélien SALAS
@aurelio_salas
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