Convocatoria:
Bases: Sergio Llull, Sergio Rodríguez,
Escoltas: Jaycee Carroll.
Aleros: Tremmell Darden, Yusta.
Ala-Pivots: Felipe Reyes, Nikola Mirotic.
Pivots: Marcus Slaughter, Borousis, Mejri.
El 20 de mayo de 2014, el Real Madrid tenía que enfrentarse al Guipuzkoa Basket, seguramente en un partido que ni el cuerpo técnico ni los jugadores, tenían la motivación para jugar. Los de Laso venían de perder la final de la Euroliga, de la forma más cruel, y ni la afición ni los jugadores, tenían las ganas de que se jugara este partido.
Finalmente, los blancos hicieron lo justo y necesario para ganar al Gipuzkoa Basket por 81-72 y asegurarse acabar como líder de la fase regular de la Liga Endesa.
Poca tensión y poco acierto fueron las notas de los primeros minutos del partido. Tanto para los jugadores del Real Madrid, como para los aficionados, resultó imposible no acordarse de la fiesta que podía haber sido este partido.
No hubo alegría, ni ritmo, casi ni ganas. Sólo pasar el trámite de la mejor manera posible y cuanto antes. Está claro que el Real Madrid todavía no había superado el duelo por la pérdida de la final de la Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv, cosa que afectó mucho moral, física y mentalmente.
El primer cuarto acabó con un apretado 19-16 después de que el equipo donostiarra consiguiera un parcial de 0-7 en los últimos minutos.
Aunque en ningún momento el Gipuzkoa se puso por delante en el marcador, también es verdad que el Real Madrid no encontró fuerzas suficientes para romper definitivamente el partido. Este partido, monótono, llevaba la tónica de hacer lo justo y poco más.
Para ver la situación del encuentro, el Real Madrid cometió cinco personales en los primeros veinte minutos, que acabaron con 40-33, donde el hispano-montenegrino Niko Mirotic estuvo totalmente desaparecido sin ni siquiera anotar.
Tras el descanso, Nikola Mirotic que apenas jugó poco más de tres minutos, no volvió a salir a pista. A primeras horas de la tarde había sido padre de Alexei y se resintió de una lesión de muñeca que se produjo en Milán, en la final de la Euroliga, todo junto hizo que Niko estuviera con la mente fuera del equipo. La ausencia de Mirotic, se sumó a las previas al partido de Rudy Fernández y Draper.
El Madrid comenzó el tercer cuarto con un parcial de 7-0 que le llevó a alcanzar por primera vez la decena de puntos de diferencia, sin que hubiera un cambio drástico en el juego.
Y lo acabó con un 59-46 que le auguraba no pasar apuros para conseguir la victoria y certificar su primer puesto al frente de la clasificación en la fase regular de la Liga. Winchester, autor de 11 puntos en este periodo mantuvo al Gipuzkoa en el partido.
El Real Madrid siguió bloqueado, incapaz de retomar ese juego que le llevó a Milán, por lo que se limitó a mantener la inercia y a ganar el partido (81-72), que era el único objetivo para poder tener ventaja de campo en cuantas eliminatorias dispute por el título.
Seguramente el Madrid no hizo un partido más gris en toda la temporada, los jugadores y los técnicos estuvieron totalmente derrotados, y los 5.000 valientes que acudieron al pabellón no pudieron hacer nada para animar ese partido, que más parecía un funeral.
Redactado por: @JaviDiazRM
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