El 12 de enero de 2014, el Real Madrid se enfrentó en el Palacio de los Deportes al Montakit Fuenlabrada, y consiguió igualar el récord de victorias seguidas, hasta aquel momento, de 15. Todo ello lo hizo sin despeinarse venciendo por 96-81.
El Real Madrid tardó en meterse en el partido, mientras el Fuenlabrada, por el contrario, salió dispuesto a jugar sus opciones desde el inicio, sabedor de que si su rival se centraba apenas podría hacer nada.
Con Andy Panko como punta de lanza, los fuenlabreños se adelantaron en el marcador, 2-5 y mantuvieron el equilibrio en el luminoso hasta que en un nuevo arreón volvieron a adquirir su máxima ventaja a falta de minuto y medio para el final del primer cuarto, 19-22.
Antes, Pablo Laso dio entrada a Dani Díez para defender a Panko ya que se adecuaba más por sus características físicas. Claro que el Real Madrid no estaba, de momento, muy por la labor de defender.
Un parcial de 7-0 permitió a los locales cerrar el primer acto con ventaja, 26-22. El parcial se mantuvo abierto y llegó a crecer hasta el 12-0 en un minuto y medio más, 31-22, momento en el que el equipo de Laso volvió a echar el freno de mano.
El susto de Felipe Reyes en el tobillo izquierdo, no ayudó mucho a que el equipo se centrase y durante el segundo cuarto los blancos fueran a trompicones, con rachas en las que el Real Madrid pareció iniciar el despegue definitivo y otras en las que su desapego al trabajo defensivo favoreció que un correoso y entusiasta Fuenlabrada volviera a acercarse en el marcador.
Al descanso, 51-42 y la sensación de que no todos los días se acude con el mismo ánimo a la oficina, sobre todo si el rival está alejado de los focos del 'glamour' y en las antípodas en cuanto a objetivos, presupuesto y plantilla.
Nikola Mirotic, prácticamente desaparecido ante el Galatasaray el pasado viernes, dejó claro que no se le ha olvidado jugar al baloncesto y dio algunas muestras de lo ilimitado de su repertorio al poste bajo y de la inmensidad de su calidad técnica.
El tercer cuarto fue demasiado para un Fuenlabrada en caída libre en cuanto a lo físico y a las ideas, frente a un Real Madrid que sin hacer nada en especial acabó de sentenciar la victoria con un parcial de 21-6 en los primeros siete minutos, 72-48.
Dani Díez demostró, con sus 4 triples y 14 puntos, que con minutos puede ayudar al equipo; Salah Mejri que sus ganas son todavía infinitamente mayores que su hacer; y Marcus Slaughter que es algo más que un pívot bajito y saltarín.
El Real Madrid, sin Rudy y con Reyes jugando apenas dos minutos, igualó el récord menor del mejor arranque de la historia de la competición, que él mismo estableció en la temporada 87-88 con 15-0.
Redactado por: @JaviDiazRM
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