El Real Madrid llegaba al encuentro después de haber quedado primero del grupo A, con 16 puntos habiendo ganado cinco partidos y empatado uno. Por su parte el Schalke 04 llegaba después de haber finalizado en segunda posición del grupo E, con 10 puntos, habiendo ganado tres partidos, empatado uno y perdido dos.
El Madrid alineó el siguiente once: Casillas, Carvajal, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo, Modric, Xabi Alonso, Di María, Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo.
Mientras que por parte del Schalke 04 jugaron: Fährmann, Höwedes, Santana, Kolasinac, Matip, Neustädter, Meyer, Draxler, Boateng, Huntelaar y Farfán.
El partido fue de tal dominio del Madrid que a los doce minutos, Benzema ya había marcado el primero. Bale trazó hacia el área,
conectó con Cristiano y el portugués, sorprendió a la defensa con un taconazo.
Sin embargo, no todo fue oro en los primeros minutos del partido para el Madrid, ya que a los trece minutos de juego, el Schalke reaccionó con un tiro de Farfán que hubiera sido gol ante cualquier otro portero, pero allí estaba Casillas para volver a erigirse como héroe.
Al rato, llegó el segundo gol. Benzema le robó la pelota a Santana y se la entregó a Bale, que se aproximó a la portería. Lo mejor de la jugada fue el desenlace: recortó a Santana, dibujó una curva maravillosa y
disparó, con algo de puntera y todo de dinamita.
Si alguien se quedó sin marcar antes del descanso fue Cristiano, a quien solo el palo y Fährmann pudieron frenar.
Pero la segunda parte fue otra cosa, para Cristiano y para todo el Madrid. A los 51 minutos de partido llegaría el tercero de la noche, obra, por fin, del jugador portugués el cual marcó después de hacer la bicicleta a Matip.
Cinco minutos más tarde, el cuarto subió al marcador, el segundo de la noche para Karim, el cuál lo hizo todo, partió desde la banda, combinó con Cristiano y marcó el gol.
La manita la marcó Bale en una jugada muy particular, pues el
galés esperó el pase de Sergio Ramos desde los tacos de salida,
pendiente de la línea y al límite del fuera de juego. El sexto, pero no último de la noche, llegó a los 89 minutos y fue obra nuevamente de Cristiano.
Finalmente, y para honra del equipo local, el Schalke marcó un gol, mejor dicho golazo, a los 91 minutos de juego, obra de un ex jugador blanco, Huntelaar; quien a su vez rompió en ese momento la racha de imbatibilidad que mantenía Casillas, que se quedó en 952 minutos.
@Santi_RMFan
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