Un partido duro, difícil y en un ambiente hostil es al que se ha enfrentado el Real Madrid. No ha terminado en final feliz, pues se ha puesto en riesgo el liderato. El Fútbol Club Barcelona puede ser el nuevo líder en Primera División.
El partido
en La Catedral se preveía complicado, y así fue. Los peores presagios de los
madridistas se han cumplido. El Athletic de Bilbao ha ganado, merecidamente
todo hay que decirlo, al Real Madrid. Con esta derrota queda la liga a merced
del Barcelona. Si mañana gana al Rayo en el Camp Nou, cosa que es más que
probable salvo sorpresa máxima, será el nuevo líder de Primera División.
La primera
parte en San Mamés transcurrió de error en error en el Madrid, o de acierto en
acierto en el Bilbao, todo depende del punto de vista con el que se mire claro
está. En un encuentro donde los de Carlo
Ancelotti se juegan el liderato, los jugadores volvieron a dar síntomas de una
apatía preocupante. La defensa no conecta con el centro del campo y estos no
conectan con la delantera. Con un Cristiano Ronaldo que parece que está de
vacaciones, un Benzema que tiene la pólvora mojada y un Bale que está a criar
malvas, ¿quién estaba para anotar un gol? Nadie. Tan solo 3 tiros han sido los
que los merengues han disparado a la portería de los leones.
Por el
contrario, al Athletic le salía prácticamente cada jugaba que trazaban. Con
peligro llegaban y dominaban el partido. Aduriz ya avisó en el primer minuto,
quien puso en alerta a los aficionados del Real Madrid. La respuesta de los
blancos estuvo en las botas de Benzema. El francés desaprovechó una gran
oportunidad que le brindó Carvajal e Illarra, pero se durmió en los laureles y
perdonó la ocasión.
El Real
Madrid continuaba dormido. Sin la magia de Isco, que no apareció en toda la
primera mitad; y con Kroos fundido por el poco descanso que tiene, los
merengues seguían perdidos y sin un timón que les guíe por San Mamés. Con este
panorama Aduriz aprovechó la oportunidad y en el minuto 26 puso por delante en
el marcador a los leones. Una rosca perfecta de Mikel Rico desde la derecha
provocó el cabezazo inapelable del delantero. Así se llegó al descanso de un
partido que el Athletic mandaba en todas las facetas del juego.
La segunda
parte comenzó muy bien para el Real Madrid. Un arranque impresionante de los
blancos ofrecía esperanza a su afición. Una magnífica jugada entre Isco, Cristiano
y Benzema que no remata el francés por la gran anticipación de Balenziaga. Todo
indicaba que Carlo Ancelotti les arengó en el vestuario y salieron con una
velocidad diferente. En los primeros 5 minutos de la segunda mitad han creado
más peligro que en los primeros 45 minutos del encuentro.
El Athletic
creaba peligro con sus contras. Gracias a Williams lograban desbordar a la defensa
del Madrid para intentar ampliar la ventaja en el marcador. Llegaba el minuto
60 y nadie era capaz de igualar el encuentro. Por mucho que lo intentaban los
vikingos, los leones cerraban bien toda posibilidad de anotar un gol. Aunque la
actitud mejoró de cara a la segunda mitad, si no se marcaba no servía de nada.
Después del empate contra el Villarreal en la pasada jornada, el fantasma de
perder el liderato agobiaba a los futbolistas de Ancelotti.
Ernesto
Valverde intentó frenar el ímpetu blanco con un cambio. En el minuto 64 entró
Susaeta por Muniaín. Este cambio le iba a dar más estabilidad a los bilbaínos
en el centro del campo. Todo eran suposiciones, pues el Real Madrid continuó
dominando el esférico.
Poco a poco
iba rompiéndose el partido y todas las estrategias de los dos entrenadores se
venían a pique. Se convirtió en uno de esos encuentros que aman los
espectadores y donde los técnicos se tiran de los pelos: no existe el control.
Con este ambiente Carlo Ancelotti decidió realizar un cambio táctico. Jesé
entró en el 71 para aportar su velocidad, dinamismo y olfato goleador en
detenimiento de Illarra. Un esquema de 4-4-2 es el que se quedaba sobre el
terreno de juego para el Real Madrid.
El Madrid
dominaba sin lograr el empate. Se iba mermando el espíritu luchador de los
jugadores. Con este escenario Ancelotti decidió dar entrada en el 75 a Lucas
Silva y dar algo de descanso a un Toni Kroos que estaba fundido. Cómo se nota
la falta del verdadero dueño del centro del campo blanco: Modric. La mala racha
del equipo merengue comenzó con la baja del croata, desde entonces el juego del
equipo ha sido una pantomima.
En el
minuto 80 se produjo la última sustitución en el Real Madrid: Benzema dejaba su
puesto a Chicharito. La mejor ocasión para empatar el encuentro estuvo en las
botas de Gareth Bale, quien desde el centro del campo envió al palo el balón.
Jesé intentó enganchar el rechace sin acierto. El empate cada vez estaba más
lejos, pues el tiempo se agotaba y ya solo quedaban 7 minutos más el añadido.
A pesar del
ímpetu del Real Madrid, no pudo ser. El partido se perdió en la primera parte,
cuando el equipo no salió con las ganas, la motivación y la presión necesaria
para ganar. Daba la impresión de que la liga se la estaba jugando el Athletic y
no el Madrid. Con el mal juego de la primera, aunque en la segunda se tuvo la posesión del balón, sumado a
las ganas, no fue suficiente para lograr un empate o la victoria. Se avecinan
tiempos difíciles en el Bernabéu que puede perder el liderato en cuestión de horas. Prepárense para
abrocharse los cinturones que vienen curvas en el feudo blanco.
Redactado por: Desireé Moya
@DesiMH20
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