El Real Madrid llegaba al encuentro ubicado en la quinta posición de la tabla, con 17 puntos tras 10 jornadas, mientras que el FC Barcelona ocupaba la décima posición con 15 puntos. El Madrid salió al encuentro con Casillas, Salgado, Helguera, Pavón, Roberto Carlos, Makelele, Cambiasso, Figo, Raúl González, Solari y Guti. Por parte del club blaugrana estos fueron los once jugadores que comenzaron el partido: Bonano, Puyol, Reiziger, Frank de Boer, Cocu, Xavi, Gabri, Mendieta, Riquelme, Motta y Kluivert.En el primer tiempo el Real Madrid fue mejor que el Barcelona. Los jugadores del club blanco superaron con personalidad y profesionalidad los reveses con que había sido castigado su equipo en las horas previas al partido. El técnico blanco, Vicente del Bosque, tuvo que improvisar primero ante la ausencia de Zidane -iba a jugar Guti en su lugar-, y a última hora debió dar otra vuelta al tornillo del equipo ante la falta de Ronaldo. Solari entró en la izquierda, pasando Guti a ser el compañero más cercano a Raúl en el ataque.
En ausencia de Zidane y Ronaldo, Figo afrontó la responsabilidad que recaía sobre él. Buscó todos y cada uno de los balones ofensivos y fue capaz de sacar un córner desde cada banderín para desasosiego de un estadio que le había jurado odio eterno. Su primera media hora fue más que notable, tuvo el balón, buscó el desborde y sólo le faltó encontrar rematador a un par de balones francos al área.
El Barça salió más agresivo tras el descanso, haciendo sufrir a Casillas más que en toda la primera mitad con tres ocasiones. En una de ellas el árbitro no concedió un gol legal de Kluivert a pase de Gabri. Solari comenzó a dar muestras de cansancio. Cambiasso, también... Del Bosque no estaba ajeno a ello y cambió a Raúl Bravo por Solari. Se paró entonces el partido por la lesión de Makelele, tras una entrada fea de Motta, y no terminó de coger el ritmo porque diez minutos después, cuando Figo se disponía a lanzar un saque de esquina, se tuvo que parar el juego otros cuatro minutos porque la lluvia de objetos que le caía imposibilitaba su lanzamiento.
Fue aquí cuando se vivió uno de los momentos mas bochornosos que se recuerdan en un campo de fútbol en los últimos años, cayendo una cabeza de cochinillo al césped del Camp Nou. La paciencia de Medina Cantalejo se agotó y mandó a los dos equipos a los vestuarios. Posiblemente la vergonzosa actuación de parte de su afición le costó caro al Barça, acabando el partido con un empate a cero goles. Sin duda fue un partido que siempre permanecerá en la memoria de los aficionados al fútbol por los momentos de tensión vividos y la particular anécdota de la cabeza del cochinillo.
Redactado por: @alvaro_1301
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