Billete a octavos sin récord de Cristiano. Al Real Madrid le basta su mayor calidad para deshacerse de un Liverpool plagado de suplentes.
Apenas hubo partido en el Bernabéu. Brendan Rodgers, más preocupado del choque contra el Chelsea, en realidad sí vio el partido como "una amenaza", como había negado en la previa, y plagó un equipo de suplentes en el césped con Gerrard, Sterling y Coutinho, tres de sus mejores piezas en el banquillo, marchándose de vacío y complicando seriamente su futuro en el torneo.
Tampoco fue el día en que se puso fin al récord de Raúl González de 71 goles en la Liga de Campeones. Cristiano, en un partido sin brillo, se quedó sin marcar, algo desconocido para él en el último mes y medio.
A pesar de su buen intensidad de salida, al actual campeón de Europa le costó abrir el marcador. Enganchado a su talento, personificado en Isco, muy móvil y apareciendo por todos los lados, y Benzema, siempre generoso para dar un desmarque, acorraló pronto al Liverpool, sostenido al principio por Mignolet, autor de dos paradas meritorias a James y, sobre todo, a Cristiano, más errático de lo habitual donde suele ser letal.
Pero a los 27 minutos el Real Madrid puso fin a la resistencia del equipo inglés, poco incisivo a la contra y sufriendo principalmente por su lado derecho por donde Manquillo lo pasó mal con la conexión Marcelo-Isco. Precisamente, un hueco a su espalda fue aprovechado por el lateral brasileño para recibir un pase del malagueño y enviar un preciso centro al desmarque de Benzema para que éste lo empujase a la red.
El gol no desató al conjunto madridista, aunque su mando en el partido no bajó un ápice. Al contrario que en Anfield, el camino hacia la portería 'red' le costó mucho más, pese a que en los minutos finales, Benzema y Cristiano tuvieron sus ocasiones. El portugués probó de falta, recibiendo la respuesta del portero belga, y poco después no sacó provecho a un magnífico pase de Modric.
EL REAL MADRID BAJA, CRISTIANO SIGUE DESACERTADO.
Como estaba previsto, la segunda parte bajó de nivel, en parte porque el Real Madrid empezó a tomarse con más pausa el partido e Isco, Benzema y James fueron apagándose. El Liverpool no lo aprovechó mucho para acechar con peligro a Iker Casillas, sin trabajo en su partido 144 de 'Champions', pero Mignolet y la zaga defensiva comenzaron a tener una noche más tranquila.
A Cristiano parecía pesarle la ansiedad por el récord de Raúl, mientras que a la espalda de la línea de medios, los 'reds' encontraban espacios, si no para amenazar, sí para tomar aire con el balón. Lallana tuvo el honor de ser el primero en crear cierto temor al capitán madridista y Ancelotti buscó reacción metiendo a Bale por James.
Alberto Martínez. @SiempreRamosSi
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