Mirando de cerca a la cantera de baloncesto del Real Madrid, vemos tanto coordinando como entrenando a un hombre calvo de casi 2 metros. Rebuscando en su pasado sabemos que Alberto Angulo no es sólo un gran entrenador y un hombre con un ojo genial para encontrar a jóvenes promesas como Nikola Mirotic. Era ante todo un gran jugador.
En el año 1970 nacía Alberto Angulo en Zaragoza y empezó a jugar al fútbol hasta sus 13 años, edad con la cual decidió jugar al baloncesto y se dio la casualidad de que lo hacía de maravilla. Sabía jugar muy bien a esto, y aprendió mucho en las inferiores del Zaragoza, club en el que debutó en el año 1989, con 19 años. Pasará por distintos equipos más tarde como el Caja Badajoz o el Baloncesto León, perteneciendo al CAI hasta 1996, cuando el equipo de su juventud se disolverá.
El Real Madrid necesitaba un escolta de calidad, y Angulo se quedaba sin equipo. De su calidad no dudaba nadie y el equipo blanco le presentó un contrato, contrato que Angulo aceptó y se vino a jugar a la capital.
Aquí destacó con un tiro letal y una defensa que dejaba secos a los jugadores más anotadores. Las esquinas del campo se convirtieron en su entorno natural y hacía volar a los defensas muy frecuentemente, que tenían un miedo tremendo a su tiro casi infalible. Tenía una garra tal que siempre que estaba en pista aportaba algo indescriptible al equipo, unas ganas y un liderazgo que le hicieron sentirse apoyado por el resto del vestuario y del equipo y que le hicieron sentirse durante las seis temporadas que estuvo vestido de blanco como en su casa. Y nosotros sentíamos que esta era su casa. Él era lo que quería la afición, un jugador que valía la pena, que iba a convertirse en lo que se ha convertido, en una leyenda del Madridismo.
Trajo a las vitrinas del club mientras jugaba en nuestras canchas una Liga de la que fue nombrado MVP de la final con una actuación increíble en los 5 partidos que jugó contra el Barcelona, sobre todo en el último y definitivo que le dio la victoria al conjunto merengue. También ganó una Copa Saporta, que es lo equivalente a una Recopa en su primera temporada vestido de blanco.
En el All-Star de la ACB del año 2000, el mismo año de su MVP, ganó el concurso de triples postulando así como uno de los mejores tiradores desde la larga distancia de la historia de España.
Tanto que fue seleccionado muchas veces con el conjunto de la absoluta, 98 veces, consiguiendo la plata en el campeonato europeo de Francia en el año 1999, siendo una pieza clave para las victorias, estando él en su mejor momento deportivo.
Se va del club blanco en 2002 y colgará las botas en 2007, jugando en el Basket Zaragoza 2002. Pero eso no marca el fin de su conexión con el club blanco. Tras una corta andadura como entrenador de élite en el CAI Zaragoza, decide volver al equipo que acabará siendo el equipo de su vida.
Vuelve al Real Madrid a entrenar a los filiales y fue subiendo en el club. Hoy en día ocupa una posición de coordinador en el filial y entrena uno de los equipos más importantes de la cantera.
No hay duda que por lo que nos ayudó vestido con la camiseta, y por lo que nos ayuda en los despachos y las canchas, no podemos dudar del Madridismo de una de las figuras más importantes del baloncesto blanco en principios de siglo. Ha dejado un legado importante, y lo que le queda. Más que una leyenda del pasado es una leyenda del presente.
PALMARES:
- Campeón de Liga con el Real Madrid en la temporada 1999/2000
- Campeón de la Copa Saporta (antigua Recopa) con el Real Madrid en la temporada 1996/97
- Subcampeón de Liga con el Real Madrid en las temporadas 1996/1997 y 2000/2001
- Campeón de la Copa del Rey con CAI C.B. Zaragoza en la temporada 1989/1990
- Subcampeón de la Copa del Rey con el Amway Zaragoza en la temporada 1994/1995
- Medalla de plata con la selección española en el eurobasket de Francia del año 1999.
Aurélien SALAS
@aurelio_salas
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