El capítulo de salidas de la cantera del Madrid parece no haber acabado. Tras el partido espectacular del pasado domingo, en el que el gol en el último minuto parecía ser una dulce manera de decir "para que no os resulte fácil olvidaros de mí y de lo que soy capaz", esta mañana Sergio Reguilón anunciaba su marcha en cesión por un año al U.D. Logroñés, un potente equipo en Segunda División B.
Si hay uno de esos jugadores que orgullosamente podemos llamar un "cachorro de Valdebebas", ese es Reguilón. Y es que la trayectoria de este chico empezó cuando tenía 4 añitos en la Fundación Real Madrid de Becerril. Tras un par de temporadas (de 2003 a 2005) en el E.F.M Villalba, Regui entró en el Madrid en categoría Benjamín A en 2005, con tan solo 9 años. Ha ido ascendiendo en el club, pasando por prácticamente todas las categorías inferiores (a categoría por temporada, demostrando lo rápido y bien que progresa, su capacidad desmesurada de aprender y adaptarse) hasta llegar en el pasado curso al Juvenil A. Este año, lógicamente es cuando más se ha visto las buenas actuaciones de este maduro e inteligente jovencito de 18 años, ya fuera en la División de Honor, la UEFA Youth o en la Copa del Rey Juvenil 2015.
Pero desde siempre, Regui ha sido de esos jugadores con los que entrenadores aprendían a contar, a confiar en su talento y en su capacidad de esfuerzo con los ojos cerrados. Y siempre rindió, siempre cumplió, siempre lo dejó todo en el campo y siempre valía la pena disfrutar de su juego. Como defensa era un muro que no tenía miedo a parar lo que se le viniera encima pero con elegancia, sutileza y agilidad; como creador siempre sacaba un gran pase gracias a su visión de juego; como atacante era generoso con las asistencias a la vez que perfectamente capaz de finalizar él mismo. Y es que solo el año pasado, Ramis cogió a un lateral izquierdo e hizo de él un magnifico central. En su primer y único partido de pretemporada con el Castilla, Zidane cogió un defensa, lo reconvirtió en atacante y descubrió un goleador. Y es que los resultados llega a quienes hacen bien las cosas y Regui lleva esa virtud en el ADN. No es una sorpresa que ya haya debutado con el Logroñés y haya impresionado con asistencias a sus nuevos compañeros. Allí se ganará a todos en el club y a los aficionados como tan bien sabe hacerlo, sin ninguna duda.
Y por si fuera poco, a nivel personal, el carácter de este chico hace de él un jugador seguro, sereno, con la sangre fría y autoridad para tirar del equipo cuando se necesita, para irradiar la máxima de que "rendirse nunca es una opción" a sus compañeros. Tiene alma de líder, de pilar del equipo, un capitán con o sin brazalete. Un grande.
La marcha de este jugador es algo positivo, no hubiera sido justo relegarle a la suplencia. Necesita minutos, confianza y continuidad y en el equipo riojano lo obtendrá esta temporada. Cuando vuelva al Madrid la próxima temporada, habrá adquirido lo único que le podría faltar y es más experiencia y más minutos. Se le echará de menos, pero saber que va a poder lucirse y hacer disfrutar a la afición del Logroñés es un consuelo. Ojalá la experiencia le aporte mucho a nivel futbolístico y personal. En cambio el Madrid se queda más frío y más triste este año sin él y los madridistas le estaremos esperando siempre con los brazos abiertos, deseándole siempre solo lo mejor. Podría decir "mucha suerte, Regui", pero si sigue siendo como hasta ahora, ni siquiera necesitará dicha suerte; es una estrella latente cuyo destino no puede ser otro que brillar e iluminar. Hasta pronto, Regui, o más bien ya Reguilón; y simplemente gracias por todo!
By @LadyCastillista
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